El pobre gallo ha intentado
conquistar a la gallina.
Le cantó con su guitarra
una milonga argentina.
Bailó también un merengue,
una lambada y un tango.
Probó con el reguetón,
y unos pasos de malambo.
Pero ella no lo registra
ni cuando canta boleros.
Es que suspira por otro:
¡el pájaro carpintero!