No, si yo te entiendo. Porque tampoco creía en las hadas. Ya estamos un poco grandes para creer ¿no? Bueno, es lo que yo pensaba. Sí, sí, igualito a vos.
Para mí las hadas estaban en las películas. O en esos libros llenos de brillantina y stickers. ¿Vos también tenés de esos? Bueno, yo no pensaba que las hadas podían estar acá; viviendo como cualquiera, trabajando, contándoles cuentos a los nietos. Mucho menos pensaba que podían vivir en un asilo, como Herminia.
Porque ¿te dije que mamá es enfermera? Trabaja en el asilo que está acá a la vuelta. Yo voy todas las tardes, después del cole. Y así la conocí a Herminia, que desde el principio me pareció una abuela especial. No sabía que tanto, bueno. ¿Cómo me iba a imaginar que era un hada? Porque en esos libros con brillantina las hadas son siempre jóvenes y hermosas. No así viejitas, como ella. Sigue leyendo →